martes, 5 de enero de 2016

Opinión: Discurso de Susana Díaz



Más talla y menos discursos
HÉCTOR MUÑOZ. Málaga

Que no, doña Susana, que no representa a los andaluces. Que de los casi 6,5 millones de electores del pasado mes de marzo, a usted solo le votaron 1,4. Y sin las matemáticas, doña Susana, tampoco los representa porque la mayoría no están afiliados a su partido, que es lo único que le importa políticamente, desde que ingresó en él a los 17 años. Es devota del PSOE como otros lo son de cualquier cofradía o de una hermandad rociera. Y si representa a su partido es porque entre la mediocridad de sus líderes usted ha sabido maniobrar como buena profesional del tejemaneje y ha tenido buenos padrinos, ahora venidos a menos. Y lo sabe.

De su discurso de fin de año, lo que menos sorprende ya es que use la televisión y las instituciones públicas para su particular propaganda. Va de suyo. Tampoco extraña la elección del barroco rectorado de la Universidad de Sevilla, porque le pilla a tiro de piedra y porque debe conocerlo bien después de 10 años de licenciatura. Entre tanto arte, tanta ilustración y tanta historia, usted encajaba allí como un torero vestido de luces en la Filarmónica de Viena. ¿Cómo puede usted decir que la elección del lugar de rodaje es una muestra de su compromiso con las universidades públicas? ¿Compromiso de qué? Usted y su demagogia insultan a la inteligencia de muchos andaluces y de muchos universitarios.


Al menos, la universidad es de las pocas —si no la única— instituciones públicas que eligen democráticamente a sus dirigentes, los rectores; podrá debatirse el reparto de cuotas, pero salen de las papeletas en las urnas. En la sanidad, la enseñanza no universitaria y en otros servicios públicos (políticas sociales, cultura, hacienda, justicia, empleo, etc.) no ocurre algo que se le parezca ni de lejos. Por debajo de la cúspide más visible, en la que están usted y su Gobierno, la Administración que preside se pierde de vista. Es un conjunto de encomiendas, más allá de los océanos conocidos, regidas por encomenderos y encomenderas de libre designación —maldita, sea mil veces maldita esta forma de gestionar el bien general— que solo rinden cuentas a sus amos y señores en provecho de sus propias carreras. Y el encomendado les importa lo que un sami lapón. Todo vale mientras se venda bien y no haya ruido mediático. Por cierto, el hecho de que en otros lugares hagan lo mismo que aquí, ni la justifica ni la exime.

¿Por qué regla de tres no ha de ser elegido el gerente de un gran hospital por trabajadores y pacientes? ¿O el director de un centro educativo? ¿O los gerentes de tanta agencia y empresa pública? Porque son encomenderos que reciben y dan tratos de favor. Y esto, en el mejor de los casos, se llama opacidad; y en el peor, corrupción latente de bajo grado institucionalizada. Si fuera capaz de acabar con esto, los servicios públicos esenciales cambiarían radicalmente en manos de gente decente, y usted sería una política valiente e independiente de los poderes fácticos y, sobre todo, de su secta partidaria. Y entonces sí representaría a los gobernados.

¿Seguro que no fue Comunicación Audiovisual lo que estudió durante 10 años? Tablas tiene como para una boda: usted sabe mirar a cámara, fruncir el ceño para transmitir determinación y honradez, hablar con aplomo disimulando el acento trianero y sin un gesto que la delate. Porque hay que tener poco pudor y mucho arrojo —obsérvese el prudente y oportuno eufemismo empleado en el giro— para decir que Andalucía “ha tirado del carro de la creación de empleo” y “hemos blindado los servicios públicos esenciales”.

Lo del carro que se lo pregunten a los gaditanos, con una tasa de paro mayor del 40% en la región con más parados de España y de Europa. Y lo del blindaje… ¿En qué consiste exactamente eso, doña Susana? Queda muy bien, contundente, sí, mas ¿se refiere a no sustituir a los maestros enfermos? ¿O a agarrarse a mil subterfugios legales para denegar o demorar las resoluciones de dependencia hasta que ya es tarde? ¿Acaso significa cerrar más de 250 camas públicas durante 19 días en la capital de Málaga dentro del marco del ‘Plan Navidad año 2015’, ideado por sus encomenderos, mientras se derivan pacientes a hospitales privados concertados?

Los resultados de las últimas elecciones generales inquietan a doña Susana porque estima que han abierto “un periodo de incertidumbre para nuestra estabilidad como país y es lógico que todos estemos preocupados”. Hable por usted y deje que los demás zozobren por lo que les de la gana. Lo suyo es pánico a que la adelanten por los tres o cuatro carriles que deja expeditos a su izquierda, porque en el fondo estaba más cómoda a solas con los reaccionarios de Madrid. Algunos, para hablar de socialismo y de Pablo Iglesias deberían antes lavarse los dientes y hacer gárgaras con vinagre.

A doña Susana, el que la trae por la calle de la amargura es otro Pablo Iglesias —caprichoso azar—, al que dedica en su discurso una frase lapidaria: “Gobernar es más difícil que protestar”. Pues según como, señora Díaz. Desde luego, no con arengas como la de “tenemos que combatir a aquellos que intentan dividir España territorialmente”, que suena a campaña por la Presidencia del Gobierno español y recuerda inevitablemente la intolerancia de los que dieron un golpe de estado hace poco menos de 80 años. Le va mejor recurrir a la Transición o al 28 de febrero, cuando a usted aún le quedaban dientes de leche.


Intente dar la talla como política y deje de dar la murga.


6 comentarios:

  1. Hace mucho que no me puedo parar, hoy he vuelto a disfrutar de leerte, es siempre un placer Héctor.

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    1. Bueno, espero que no haya sido por nada negativo. Me alegra y me honra que sigas ahí. Un abrazo.

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  2. No se le puede decir mas suave ni mas claro! Lo malo Héctor es que a ella estas clarificadoras reflexiones, ni le llegan, ni le interesan y si las llegara a leer, le resbalan. Para los demás es un placer leerlas como tu las sabes expresar. Un fuerte abrazo. Nacho Perelló

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    1. Encantado con tu lectura y tu comentario, Nacho. Estoy de acuerdo: a esta le resbala todo lo que no sean sus ambiciones de partido. Pero sé que las lee, o al menos su gabinete de comunicación, en el que tienen a varios chavales y chavalas (conozco a uno de ellos) monitoreando diariamente y casi en tiempo real todo lo que se escribe y dice de ella en medios convencionales y en redes sociales, por un sueldo inframileurista, por cierto. Muchas gracias por tu presencia, tu lectura y tu comentario. Un abrazo.

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  3. Grandísimo, Héctor. Comparto, con tu permiso.
    Manu Delgado.

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    1. Muchas gracias por tu comentario y bienvenido, Manu. Agradezco tu participación y tu lectura. Un abrazo.

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