sábado, 22 de octubre de 2016

Spiriman I



Spiriman I «el Audaz»

HÉCTOR MUÑOZ. MÁLAGA

Mucho antes de que sea tarde, me gustaría comentar el asunto de mi compañero Spiriman, el combativo médico de urgencias de Granada, que está rompiendo los moldes mediático-reivindicativos allá por donde pisa, bien sea de forma real o virtualmente.

Servidor lleva ya casi dos décadas escribiendo artículos cargados de concienzuda saña sobre las políticas sanitarias de la Junta de Andalucía, con mayor o menor acierto, y con mayor o menor grado retórico de mala leche, según los cambiantes ritmos hormonales y otros factores que no vienen al caso analizar en este preciso instante. Aunque El Vaso Canopo ha conseguido un apreciable nivel de penetración, sobre todo en el ámbito sanitario andaluz, sus resultados saltan a la vista: todo marcha cada vez peor. Como líder de opinión frente al aparato administrativo no se come uno un colín. Ni estudiando tercero de Periodismo. Nada, que ni por esas.



Jesús Candel  "Spiriman"                                                                                                                                                        Twitter

Contraria y paralelamente a este estrepitoso fracaso de las letras, surge, en fechas recientes, el fenómeno Spiriman. Se trata de Jesús Candel, médico de urgencias hospitalarias en el antiguo Reino nazarí de Granada. Harto como todos, Spiriman se ha tirado de cabeza a las redes sociales con material audiovisual propio, denunciando la desastrosa fusión hospitalaria que se está perpetrando en la ciudad andaluza, convertida desde hace muchos años en cabeza de puente e icono propagandístico de la Consejería de Salud, con sus diversas agencias y la jesuítica Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), auténtico vivero de tecnócratas de medio pelo, gestores de tres al cuarto y chivatos profesionales.
Candel arrasa en las redes sociales. Su vídeo publicado en Facebook supera ya las 250.000 reproducciones. El buscador de Google arroja 211.000 resultados al introducir en la búsqueda 'Jesús Candel Spiriman'. Su participación ha sido decisiva tanto en la convocatoria como en el resultado de la manifestación celebrada en Granada el pasado día 16, en contra de la fusión y reestructuración hospitalaria que la Junta ordenó comenzar este verano, aprovechando las vacaciones del personal, una alevosa maniobra que es ya todo un clásico entre la larga lista de pillerías a las que nos tienen acostumbrados los cipayos de Susana Díaz. Según el diario El Ideal de Granada, más de 40.000 personas salieron a las calles para protestar por el estropicio provocado por las lumbreras de la Consejería de Salud.



Manifestación en Granada contra la fusión hospitalaria. 16 octubre 2016.                                                                          EFE

«Hoy me cago en la madre que os parió». Así termina Spiriman uno de sus vídeos, refiriéndose a los responsables sanitarios. Le echa un par de huevos y no se corta un pelo. No tiene miedo este médico de 40 años, con un contrato eventual en el Servicio de urgencias del hospital Ruiz de Alda de Granada. Con un aspecto jovial, barba cerrada, gafas de sol y gorra a lo Che Guevara, Candel tampoco ahorra críticas para el propio colectivo médico: «Estoy hasta las narices, estoy cansado de tanto chupatintero que existe en mi profesión, y de tanta gente que se calla y guarda silencio».



VÍDEO: Fusión o destrucción (Spiriman)

A pesar de que goza de bastante aprecio en su tierra y, sobre todo, entre los colectivos que defienden una sanidad pública de calidad, Jesús no está bien valorado por determinados grupos de profesionales de la Medicina, principalmente facultativos. Las razones para ello pueden ser los ataques abiertos que dedica a los que considera indolentes y acomodados, y su look progre, que muchos estereotipan asimilándolo a militantes y simpatizantes de Podemos, una formación política que provoca el rechazo frontal y una antipatía casi patológica en una gran mayoría de médicos que aún no han terminado de digerir ni las coletas ni las rastas que adornan las testas de algunos de los nuevos políticos elegidos democráticamente.
Sin embargo, en una entrevista concedida al diario digital El Confidencial, Candel niega vinculación a partido alguno y arremete inmisericordemente contra todos ellos, incluido el partido de Pablo Iglesias y a este mismo. Lo que sí parece claro y predecible, es que Spiriman no cae en gracia ni a Susana Díaz, ni al consejero Aquilino Alonso, ni a otros muchos gestores sanitarios de Andalucía. Les ha salido un doloroso forúnculo allí donde los intestinos pierden toda la nobleza. Que se ande con buen ojo el valiente galeno, porque aquéllos son de los que las guardan; y si no se la dan a la entrada, lo van esperar a la salida. Los que conocemos el paño albergamos pocas dudas de tal posibilidad.
Todas las movilizaciones y las presiones ejercidas desde las redes sociales durante el pasado verano han terminado dando algún fruto, con el empuje final de Jesús Candel. La propia presidenta Díaz, alejada de su proverbial soberbia y chulería, ha reconocido unos errores por los que ha pedido públicas disculpas, según informa El Ideal de Granada. Pero lo que es más interesante aún es que en los Presupuestos de la Junta para 2017 se incrementa el gasto sanitario un 5,5%, lo que supone 440 millones de euros más que en 2016. Claro, que el problema llegará cuando los cuartos caigan en las zarpas de estos manirrotos incompetentes que, en las asignaciones concretas, buscarán antes las medallitas personales y la rentabilidad electoral del partido, que el bien general. Como siempre.
Los que llevamos años denunciando, peleando y dando la cara, seguiremos en las trincheras. Que nadie tema una derrota porque tenemos de nuestro lado al azote de los torpes, de los negligentes y de los incompetentes. Y este no es otro, no puede ser otro, que el único, el inimitable, Spiriman I «el Audaz».


A por ellos, que son menos y además, cobardes.



5 comentarios:

  1. Fíjate, a este tipo de personajes se inactiva mejor con un cargo que con un pisotón.

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    1. En primer lugar, gracias por tu lectura y por tu comentario. El sentido de mi artículo es el de poner en valor a un tipo con contrato precario que da la cara y no se esconde. Por tanto, la posibilidad de que lo inactiven se halla muy lejos de mis propios deseos. Ojalá surgieran muchos como él, porque con una masa de profesionales silenciosos, el desmantelamiento de la sanidad pública está servido. Un saludo cordial.

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    2. Conozco personalmente al doctor Candel desde hace 7 años. No es de los que se corrompen por un carguillo. Ni él, ni el doctor Muñoz ni yo ni muchos otros profesionales que todavía no se han pronunciado. Felicidades, como siempre, por tu artículo profesor

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    3. Efectivamente, querido amigo, y en tu caso los hechos hablan también por sí solos. Cada uno, con sus herramientas, quizá desde trincheras demasiado separadas, peleamos contra este leviatán de mil caras que solo pretende acabar con los derechos conquistados a lo largo de muchos siglos y devolvernos al feudalismo más duro jamás conocido. Ni a Candel, ni a ti ni a mi, nos van a comprar por 30 monedas. Y espero que ni a muchos otros y otras. Gracias por todo y un inmenso abrazo, amigo Alfonso.

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  2. Lástima que no haya más Espirimanes repartidos por la geografía española y lástima que Jesús Candel no se pueda multiplicar por muchos porque nos hacen falta a todos los usuarios de la sanidad pública. Entre todos hay que animarle a dar un salto cuantitativo a nivel nacional y haga general la protesta, ya que, lo mismo que hace el Psoe en Andalucía, hace el PP en las comunidades donde gobierna y es contra toda la clase política que gestiona las partidas presupuestarias en este ámbito, contra quienes hay que clamar. Los ciudadanos no reaccionan hasta que la protesta es evidente y empieza a hacerse oír y son necesarios muchos como Candel que difundan en voz muy alta todas las tropelías a que nos someten estos indecentes políticos y sus burócratas sanitarios puestos a dedo cuya labor de gestión sanitaria se ve transformada en mera recaudación para el partido de turno y favorecer sus negocios privados que para triunfar, requieren y exigen un debilitamiento sustancial de lo público. Con vergüenza ajena he sido víctima de este sistema y por dos ocasiones en carne propia por una pésima atención en urgencias de un hospital público de Madrid y en otra por un familiar en el Ramón y Cajal donde, una vez asignada fecha para una operación por el propio cirujano, al bajar a admisión, con sorpresa, me sacaron una lista de varios hospitales concertados para "no retrasar la fecha otorgada". Es un despropósito que jueguen con nuestra salud por dinero.

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