jueves, 19 de octubre de 2017

Opinión: Sobre la sedición



Sedició

HÉCTOR MUÑOZ. MÁLAGA

Carmen Lamela ha enviado a prisión a dos líderes civiles del movimiento independentista catalán. La jueza de la Audiencia Nacional los encarcela de forma incondicional y sin fianza. Era, justamente, lo que solicitaba Miguel Ángel Carballo, su teniente fiscal y «miembro de la conservadora Asociación de Fiscales», según vozpópuli, un medio digital poco sospechoso de cojear con la pierna izquierda.





A Sànchez y Cuixart, líderes de ANC y Òmnium respectivamente, les pueden caer hasta 15 años. Por sediciosos. Y que vayan dando gracias a Deu de que ─por ahora─ no les apliquen el máximo grado de sedición, que es la rebeldía; el mismo ─todo hay que decirlo─ que el de los golpistas del 23-F, que, como todo el mundo sabe, han pagado con creces el casi insignificante desliz de poner una pistola en las sienes de millones de españoles. Rebeldes, sí, pero patriotas a reventar. Y alguno de ellos gran amante de las camelias. Conmovedor.
Los sediciosos son aquellos que se alzan pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de las leyes, o para impedir a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público, el legítimo ejercicio de sus funciones o el cumplimiento de sus acuerdos, o de las resoluciones administrativas o judiciales. Analicemos, pues.
Bárcenas, por poner un ejemplo, no es un sedicioso. Por eso está en la calle. ¿Por qué? Porque lo suyo ni es público ni «tumultuario» ni por la fuerza; ¿es fuera de las vías legales? Sí. No vamos a engañarnos. Lo de Bárcenas es ilegal. Ahora bien: ¿ha impedido el hombre el legítimo ejercicio de sus funciones a alguien? ¡No! Todo lo contrario: ha facilitado mucho, mucho, mucho. Y además, por favor, don Luis es un gran patriota. Su mujer también.
Todos estos matices son relevantes.
Antonio Muñoz, que en buena gloria descanse aunque él no creyera en ella, contaba que en su servicio militar (aquellas milis de postguerra, interminables), destinado en el norte de Cataluña, el capitán ordenaba a la tropa «partirle la boca a todo aquel que oyeran hablar en catalán». Nadie le preguntó a Antonio, un malagueño de pura cepa, si cumplió esa orden, o no, pero hay indicios en contra de que lo hiciera. Sin ánimo de montar chisme alguno, es más que plausible que encontrara una buena amiga en aquellas tierras segadas. Y a riesgo de ser fusilado porque en aquella época la sedición era cualquier cosa, igual que ahora─, cantó aquello de:

“Baixant de la font del gat,
una noia, una noia,
baixant de la font del gat,
una noia i un soldat”.

Sedición. Sedició.
¡Pobre España aquella que solo sabe partir la boca de los que no hablan su mismo idioma!



2 comentarios:

  1. Interesante discriminación del término por la elección de los ejemplos que, sin duda, ayudan a la comprensión de la diferencia de lo que es sedición y de lo que no lo es, para algunos, añadiría. Con independencia de la gravedad de las repercusiones de los hechos enjuiciados y la mayor gravedad, sin duda, de las sentencias a las que dan lugar, está la consideración social que para los españoles afines a las causas o a los "bandos" tienen. Que unos sean héroes, otros patriotas y otros sediciosos, todo depende del cristal con que se mire.
    Lo que ayuda en particular a la comprensión es esa mirada histórica que deja historia periodística y emotiva, con licencia imaginativa y poética. Así, mirando en la memoria, personas como el señor Antonio Muñoz podrían tener, de actuar en grupo y por un criterio diferente de lo que es aceptable en una orden, una acusación semejante.
    Esperemos que tenga a bien esa España el ser tan católica como se prodiga, y no parta la boca a nadie aunque se le acuse de secesionista...por dejar que continúe la canción : Que portes en aquest cistell?
    -Figues de moro, figues de moro.
    Que portes en aquest cistell?
    -Figues de moro i un clavell.

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  2. Muchas gracias por tu lectura y tu comentario.
    Yo no puedo valorar textos legales porque soy lego en la materia. Ahora bien, si lees el concepto jurídico de sedición (lo transcribí literalmente), en cuatro líneas tiene seis conjunciones disyuntivas 'o'; según la RAE: denota diferencia, separación o alternativa entre dos o más personas, cosas o ideas. Es decir que puede ser esto o aquello, este o el otro, etc... ¿Qué suele ocurrir con estos artículos? Que se pueden interpretar bajo muchas combinaciones. Para resumirlo de forma gráfica: que sedición es aquello que al juez o jueza de turno les sale de aquellas partes del cuerpo que no solo están cubiertas (espero) por la toga. Cuando yo era pequeño (quiero decir, algo más pequeño), escuchaba al señor Muñoz cantar lo de la fuente del gato; sinceramente, nunca me gustó esa musiquilla ni entendía por qué en aquel idioma que me resultaba extraño. Creo entender que los Figues de moro son lo que aquí llamamos chumbos, sin más. En época los vendían en la calle, fresquitos, muy ricos que estaban. Los alemanes son muy dados a comer la fruta con su piel por aquello del valor nutritivo. Un buen día, en la entrada al puerto, acompañaba yo a mi abuelo, guardamuelle a la sazón, y un grupo de alemanes compraron una docenita de chumbos fresquitos; cuando el vendedor iba a quitarles la piel, los teutones se horrorizaron. Debieron pensar "qué atrasados son estos animales". Por eso fue que ni mi abuelo ni yo les avisamos. Salieron del puerto con los labios como tomates y las manos espinadas. Lo que nos reímos. A ver si la Merkel se comiera algún día un par de kilos sin pelar, que entre las espinas y el estreñimiento, los Figues de moro nos podrían librar de ese azote. Saludos cordiales.

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