sábado, 20 de enero de 2018

Opinión: No hay quinto malo



No hay quinto malo

HÉCTOR MUÑOZ. MÁLAGA
Que Dios nos libre de los defensores porque de los otros ya nos libraremos nosotros solitos. De una vez por todas: “El Defensor del Paciente” es una asociación privada. Tan privada como una gestoría, una compañía de seguros o un bufete de abogados. El nombre de la web se ajusta mucho más a sus objetivos reales: negligenciasmedicas.com.

Presentación de negligenciasmedicas.com   FUENTE: negligenciasmedicas.com


Fue fundada en 1997 por Carmen Flores López, la actual presidenta. Su hijo Miguel Ángel falleció en 2011 tras una larga y penosa enfermedad. Cinco años antes, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid había condenado al Servicio Madrileño de Salud a pagarle una indemnización de 12.000 euros, «por quedar tetrapléjico a causa de una negligencia médica», según el diario ABC.
La familia Ocaña Flores, que había solicitado una compensación económica de 721.214 euros —según elEconomista.es—, interpone un recurso de casación sobre la «reclamación de responsabilidad patrimonial con motivo de la asistencia sanitaria» recibida por su hijo. El Tribunal Supremo lo desestima en sentencia del 19 de octubre de 2011.
El brazo armado de la asociación es su asesor jurídico, Francisco Damián Vázquez, titular del bufete Vázquez Abogados, que dispone de seis oficinas en toda España; tres de ellas están en la provincia de Málaga. Este último dato no es azaroso.

Web del bufete Vázquez Abogados                                                                        FUENTE: vazquezabogados.es


El Vaso Canopo jamás tratará de justificar ni defender a un solo negligente. Sobre «el descuido, la falta de cuidado y de aplicación» —que es como el DRAE define la negligencia— se puede escribir mucho; más de uno se sorprendería de lo cerca que tenemos ese azote de la profesión médica. Pero hoy no toca.
El pasado 11 de enero el diario malagueño Sur se hacía eco de la “Memoria 2017”, elaborada por la asociación que preside la señora Flores. Un clásico: «Las urgencias de Carlos Haya, las quintas de España con más quejas, según el Defensor del Paciente». En justicia, hay que decir que el titular se ajusta al contenido del documento, y que en el subtitular se especifica claramente que la fuente es una asociación privada. Una agencia a la que se le supone un prestigio asentado, como Europa Press, también da la noticia (suponiendo que periodísticamente pueda incluirse en dicho género). La pregunta es: ¿hay que dar pábulo a negligenciasmedicas.com? ¿Es una fuente veraz? No, no y no. Es una fuente interesada. Mejor dicho: muy interesada.
Aquel que no es sospechoso de militar en la contumaz orden del corporativismo médico ni de ser un acólito compinche de la Consejería de Salud, puede darse el gustazo —sin temor a que le llamen militante o pelota—, de afirmar que la asociación de Carmen Flores es, o pretende ser, un elemento de presión mucho más ocupado en obtener indemnizaciones para sus asociados que en la defensa de la sanidad pública. Y yo lo afirmo.

"El Defensor del Paciente", marca registrada                         FUENTE: negligenciasmedicas.com


Hay que reconocer que lo del “Defensor del Paciente” tiene tirón porque evoca instituciones oficiales que defienden (o eso dicen) al ciudadano. De hecho, Carmen ha tenido que patentar el nombre porque hay “defensores” sin copyright que se atreven a competir con ella para compartir la gloria —dejémoslo en eso— de ser los adalides de la filantropía sanitaria. Como Amancio Ortega pero sin el glamur de la opulencia. Este blog no contribuirá a tal ceremonia de la confusión y solo hará referencia al nombre real, negligenciasmedicas.com, que no es lo mismo que el otro, ni muchísimo menos.
Para los que llevamos más de 20 años denunciando las miserias del Servicio de Urgencias del Carlos Haya —que no son más que el producto de las de muchos de los gerentes y directores que ha tenido, y tiene, el hospital—, la noticia de que somos el quinto peor de España (como asegura negligenciasmedicas.com) podría servirnos de martillo pilón y rearme moral para decirle a Susana Díaz y a su coro de grillos y grillas: «ahí tenéis la prueba, iros ya a tomar… la salida más próxima». Pero ni a la plaga le preocupa el afrecho ni nosotros somos tan ruinmente oportunistas como ella.


Advertencia del Defensor del Paciente                                                           FUENTE: negligenciasmedicas.com


En los 90 este servicio de urgencias fue pionero en politraumatizados, fibrinolisis en el infarto, protocolos de muerte cerebral, preparación de los primeros equipos del 061, etc. Una década prodigiosa que no supimos vender porque despreciábamos el cartón, el pastel y las posturitas, “dientes, dientes”, para salir bien en la foto. Así nos ha ido, claro. Aquí, el que no vuela viaja por el espacio y al camarón que se despista se lo come el pulpo listo. Y pulpos de esos hay a patadas.
La deriva actual hubiera llegado de cualquier manera porque todos los gerentes y directores se cebaron en contra: un torpe incompetente es negativo; un torpe incompetente y asustado es una peste. Y si además se llama Prieto, como el de ahora, los muertos brotan alarmados y prefieren nuevamente una muerte nueva a pasar otra noche en urgencias. Los puedo comprender.
Los profesionales que trabajan mucho y bien en urgencias son legión. Y les duelen en su amor propio titulares como el del peor servicio de 2016 o el del quinto malo del 2017. Tienen su corazoncito, como todos. Y escuece más cuando saben que el “defensor” es un sujeto privado y que el hecho de autodenominarse así no lo hace más grande ni más guapo ni más verdadero.



Además, a los trabajadores sanitarios no les agrada que los insulten ni que los amenacen. Y menos que les partan la cara. Normal, ¿verdad? Pues para negligenciasmedicas.com las condenas por agresiones al personal no solo «son desproporcionadas y sin pruebas claras», sino que suponen una situación de «indefensión para los pacientes». Sin comentarios.
Solo hay que leer la Memoria de 2017 que publica negligenciasmedicas.com en su web: un desastre, un nido de gárgolas, una mezcla infame de intereses al gusto con dos cuencos de ignorancia vestida de domingo y varios granos gruesos de resentimiento añejo. No hay un solo dato constatable; dice que le llegan quejas. 500, 600, 700 quejas… Si alguien tiene la curiosidad de llamar al teléfono de la asociación narrando una supuesta negligencia, comprobará como una amable joven le solicita el relato por escrito, a través de un correo electrónico. A partir de ese momento ya hay una queja más, computable para que en 2018 las urgencias del Carlos Haya vuelvan a ser de las peores.


Es muy curioso el recurso que usan para argumentar sus opiniones: «La vida de las personas se pone en peligro. Juzguen ustedes mismo» [textual]; y a continuación trascriben 30 o 35 titulares de periódicos (pág. 2):
«Mi abuela estuvo más de ocho horas en los pasillos de urgencias con 96 años y la extremaunción dada». «Un paciente sordo espera casi siete horas en Urgencias porque le llamaron por megafonía».
Se les ve el plumero más de la cuenta. El momento estrella de la Memoria 2017 es la “ronda de entrevistas” con los partidos políticos más importantes del arco parlamentario (pág. 6); las tres propuestas fundamentales de negligenciasmedicas.com son eliminar costes procesales, ampliar el plazo para reclamar y un nuevo baremo de daño sanitario. La primera de ellas parece bastante lógica porque Vázquez acaba de perder, el pasado mes de septiembre, un pleito de forma dolorosa, según la sentencia a la que El Vaso Canopo ha tenido acceso: un informe forense le desmonta una demanda por 520.000 euros y el juez impone las costas procesales a la familia del finado. Vaya faena. No estaría de más otra asociación defensora, algo así como negligenciasdeabogados.com.
Para realizar un estudio real y comparativo sobre la calidad asistencial en los servicios de urgencias son necesarios muchos más datos que las quejas que reciben Carmen Flores y su abogado. Muchos más datos y un tratamiento estadístico serio. Sus informes podrán generar impacto mediático y alarma social. Incluso clientes. Pero solo sirven para desorientar a la gente y cabrear al personal sanitario.
Con todo, es mucho peor lo de Jiménez Murillo, director del Plan Andaluz de Urgencias y Emergencias (PAUE), que solo sabe lo que políticamente le interesa saber y que es el verdadero artífice del desastre asistencial. Él y su séquito. Y ahí están, de rositas. Es un trepador de fondo al que nadie le mete mano, cuando debería estar desde hace tiempo en el Puerto de Santa María, y no precisamente comiendo langostinos atigrados o patas de cangrejo rey. Este individuo es el responsable del caos de las urgencias andaluzas.

Jiménez Murillo, director del PAUE                                                                             FUENTE: Diario Córdoba


Las estadísticas del PAUE están falseadas en origen, de forma sistemática y planificada. Cualquier organización analiza sus resultados con rigor y después introduce las medidas correctoras; Jiménez Murillo y la Consejería corrigen ex ante la forma de recoger los datos para que los resultados sean los deseados. Por ejemplo, si políticamente no interesa aceptar que muchas personas van a urgencias por problemas menores (esto traduce una mala gestión de la atención primaria), la solución es cambiar el sistema de triaje para que lo que hoy es leve, mañana sea grave. Asunto resuelto. La primaria funciona y los andaluces hacen un exquisito uso de sus maravillosos servicios de urgencias. Nada de esto es cierto: unos lo saben y otros se lo creen. Lo que yo sí sé es que hay muchas cosas que sé. También sé que otros saben que las sé.
No es bueno, ni conveniente, dar pábulo a organizaciones como negligenciasmedicas.com. Sinceramente, no sé si el Servicio de Urgencias del Carlos Haya es el quinto por la cola. Pero desde luego no lo será por lo que digan unos indocumentados, en el sentido literal y no peyorativo del término. Hasta que no exista una entidad independiente, externa y solvente que supervise y registre la atención sanitaria, estaremos en manos de tunos y de iluminados.
Hasta entonces, no hay quinto malo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario