Perspectivas
Sensacionalismo en la información periodística sobre el hospital Carlos Haya de Málaga: un riesgo evitable
Sensationalism in reporting on the
Héctor Muñoz-Maldonado*1
1 Unidad de Gestión Clínica de Cuidados Críticos y Urgencias. Hospital
Regional Universitario Carlos Haya. Málaga.
Fecha de
recepción: 21/03/2012 – Fecha de aceptación: 03/06/2012
Resumen
Se realiza el análisis periodístico de tres
noticias aparecidas en el diario La Opinión de Málaga entre los días 18
y 30 de enero de 2012, sobre supuestas deficiencias graves en la atención de
los pacientes que acuden al servicio de urgencias del hospital Carlos Haya de
Málaga. Tras analizar las fuentes, factores de noticiabilidad, agenda informativa,
titulares, subtítulos y textos (incluyendo la entrevista a un alto cargo), se
concluye que el medio citado ha dado un tratamiento informativo poco riguroso,
sesgado, sensacionalista e incompleto. La alta carga emocional y la tensión,
propias de cualquier servicio de urgencias, pueden convertirse en un terreno
abonado en el que broten situaciones muy perjudiciales (para usuarios y
profesionales) por informaciones de este tipo, contrarias a la responsabilidad
social del Periodismo y a su papel crítico ante las instancias de poder, en
este caso responsables de la gestión sanitaria.
Palabras clave: Sensacionalismo; Análisis periodístico;
Fuentes informativas; Hospital
Carlos Haya ; Cuidados
Críticos; Urgencias; Defensor del Paciente.
Abstract
Analysis the
journalistic of three reports in the newspaper La opinion de Málaga between 18
and 30 January 2012, on alleged serious shortcomings in the care of patients
who come to the emergency room of the hospital Carlos Haya in Málaga. After
analyzing the sources, factors of newsworthiness, news agenda, headlines,
subtitles and texts (including the interview with a senior), concludes that the
above-mentioned medium has given little rigorous information treatment, skewed,
sensationalist and incomplete. The emotionally charged and the tension of any
emergency service, can become a fertile field in which fresh very harmful
situations (for users and professionals) by information of this kind, contrary
to the social responsibility of journalism and its critical role before the
bodies of power, in this case responsible for health management.
Key
words: Sensationalism; Journalistic analysis; Information
sources; Carlos Haya Hospital; Critical Care; Emergency; Patient’s Ombudsman.
Desglosar todos
los niveles de estos procesos comunicativos llevaría tanto tiempo, espacio y
conocimiento, que resultaría imposible abarcarlos en el presente artículo. Se
pretende analizar un aspecto concreto de ese cotidiano flujo de información,
capaz de alterar, influir y modificar -incluso radicalmente- el curso de muchas
vidas. Los expertos, investigadores y estudiosos de la Comunicación en Salud
pueden tener respuestas a objeciones o críticas que se realicen sobre ciertos
cánones comunicativos estereotipados que frecuentemente tratan de enmarcar o
encuadrar a través de un periódico ese mundo de sensaciones disonantes, incluso
aunque muchos de ellos no conozcan, de cerca, ese inconfundible olor a pena,
asfalto, sangre, sudores y adrenalina, que destilan esos momentos, únicos, en
los que hay una verdad: la del ser humano enfermo, despojado de su libertad,
alejado de su rutina, humillado, minimizado y sometido por el dolor, la
asfixia, el miedo o la locura. En nombre de ese ser que padece -y de sus
seres queridos- hablan los profesionales, los gestores sanitarios, los
políticos y la sociedad que, como opinión pública, lo hace a través de “sus”
medios de comunicación.
En el presente
artículo, y desde una doble óptica médica y periodística, se analizan una serie
de noticias publicadas de forma encadenada durante el mes de enero de 2012 en el diario La Opinión de
Málaga, todas ellas relacionadas con la salud y con el sistema sanitario
público.
El día 12 de
dicho mes se hace eco de la memoria 2011 de la Asociación “El Defensor del
Paciente”, en una noticia no firmada que titula: “Las urgencias del Carlos Haya, entre las cinco
peores”. Subtítulo: “El Defensor del Paciente lo sitúa entre los centros con peor respuesta
ante las urgencias del país”.
Lógicamente, hay que acudir a la
fuente para comprobar su identidad, la fiabilidad y, por tanto, la veracidad de
la noticia:
Como se
puede comprobar, la propia fuente se autodenomina “asociación”; no existe la
figura del “Defensor del Paciente” como induce a creer el subtítulo.
Tras
diversos análisis y opiniones sobre el sistema sanitario, recortes y copago,
dicha memoria expone tablas estadísticas sobre las listas de espera quirúrgica,
situando a Andalucía, concretamente, la 1ª en número de pacientes y la 7ª en
días de espera. Curiosamente, esta comunidad no se ve reflejada en el gráfico
resultante, en ninguno de los dos casos, de tal forma que de las 17 comunidades
autónomas tabuladas, sólo 16 figuran en la “tarta” y en su leyenda
correspondiente. La que falta es, justamente, Andalucía (páginas 12 y 13 del documento).
A
continuación, la fuente empleada por el medio, en su memoria, aborda el tema de
la asistencia urgente, situando el Servicio de Urgencias (entidad inexistente
organizativamente, puesto que es parte de la Unidad de Gestión Clínica de
Cuidados Críticos y Urgencias) del Hospital Regional Universitario (no “complejo
sanitario” como figura en la noticia publicada) Carlos Haya de Málaga
(HRUCH), como el 2º de una lista de “hospitales que cuentan con el
indecoroso honor de ser los peores en cuanto a sus Servicios de Urgencias”.
No constan
los criterios que perfilan la calidad asistencial, ni la metodología empleada
para poder elaborar dicho ranking a nivel nacional, ni un mínimo análisis
estadístico de los datos que han recabado.
De todo lo
anterior, e independientemente de que muchos de los juicios negativos vertidos
-principalmente lo son sobre el sistema- tengan mayor o menor grado de
coincidencia con la realidad cotidiana, se extraen varias conclusiones que
parecen objetivas, a la luz de los datos:
- La fuente seleccionada es parcial y poco rigurosa, tal y como se ha argumentado anteriormente.
- Los profesionales de la Comunicación que han trabajado en la selección, elaboración y producción de la noticia, no han contrastado otras fuentes, y si lo han hecho no han sido reflejadas.
- Existen errores de bulto que dan impresión de mínima elaboración y ninguna supervisión: el hospital Carlos Haya no es un complejo sanitario (se llamó hace tiempo Complejo Hospitalario, en cualquier caso). El “Defensor del Paciente” es el nombre de una asociación ciudadana, no una figura jurídica como lo es la del Defensor del Pueblo.
- La expresividad del titular, su contundencia (entendida ésta como la rotunda afirmación de un hecho no demostrado) y el riesgo de alarma social que supone, conforman una noticia claramente sensacionalista, y como tal irresponsable al tratar temas de elevada emotividad sin el necesario rigor informativo.
El día 30 del mismo mes, firmados ambos por Lucas Martín, aparecen
simultáneamente una noticia y una entrevista, ambas relacionadas con el mismo
asunto que nos ocupa. La noticia titula “El macrohospital frena la ampliación del Carlos Haya”, y subtitula: “Los sindicatos aseguran que urgencias se ha quedado
pequeño y relacionan la falta de reformas con la espera del nuevo centro”.
Una buena construcción titular, que capta la esencia del contenido, consistente en opiniones vertidas por
representantes sindicales y políticos de diferentes afiliaciones como fuentes
informativas, y un subtítulo más afortunado desde el punto de vista
periodístico que desde el gramatical.
Se enfatiza en la inadecuación arquitectónica del área de urgencias del
HRUCH de Málaga (concretamente de la zona de policlínica, aunque no se
especifique) y en la supuesta relación que esta disfunción -conocida desde hace
más de una década por todos los actores implicados (usuarios, personal,
sindicatos, políticos y periodistas)- pueda tener con el proyecto de
macrohospital, un asunto rescatado de la agenda informativa en un momento en el
que incluso el sentido común popular asume que no va a ser una solución a corto
plazo. En este aspecto, la noticiabilidad es pobre o rebuscada. Hubiera sido
interesante complementar el trabajo periodístico con un breve repaso histórico
sobre el proyecto de remodelación planificado, que ya se comenzó hace años con
la construcción de una moderna zona de servicios de restauración, gestionada por una empresa
privada y fácilmente identificable por su panel exterior de cristales verdes,
poco acorde estéticamente, dicho sea de paso, con el edificio antiguo del
hospital, que data de 1956.
La entrevista al Dr. Quesada, Jefe de la Unidad de Gestión Clínica de Cuidados Críticos y
Urgencias (UGCCCU), publicada de forma simultánea en
la web del citado medio, es titulada
y subtitulada: “229.000
emergencias que no lo son”. “Las urgencias, dirigidas por el doctor Guillermo Quesada, rebajan el
número de quejas presentadas por los pacientes en 2011”. El responsable entrevistado aporta una serie de datos estadísticos sobre
la atención global en los tres puntos de asistencia urgente (pabellón general
del hospital Carlos Haya, Hospital Civil y hospital Materno Infantil), en
cuanto a reclamaciones, tiempos de espera-respuesta, y nivel de gravedad de los
pacientes que demandan esos servicios. Es, precisamente, este último punto el
que se destaca en titulares, por lo que es fácil deducir la consideración
preeminente que el periodista otorga al hecho, plausible pensar que es el
mensaje que la fuente interesada quiere transmitir a través de un medio de
comunicación, y, consecuentemente, concluir que más de 200.000 problemas de
salud atendidos como urgentes no lo fueron en realidad y podían haber sido
manejados en otros niveles asistenciales.
Es una entrevista pertinente porque es muy importante que la población
conozca estos datos, pero en la que el periodista que la firma pierde una
magnífica ocasión de saber y dar a conocer, al contar con una fuente de primera
mano, tres cuestiones básicas que parecen esfumarse entre tanta cifra:
·
¿Usan mal los usuarios sus
servicios sanitarios públicos?
·
¿Funcionan adecuadamente otros
niveles como Atención Primaria y Atención Especializada?
·
¿Ambas?
Obsérvese que en
este punto ya casi se ha perdido de vista aquel titular incendiario del 12 de
enero de 2012 y del otro, 18 días después, que aludía a la acuciante necesidad
de remodelar unas instalaciones sanitarias
(las del área de policlínica de urgencias del hospital Carlos Haya),
insuficientes para la comodidad, intimidad y dignidad de los usuarios. Es
entonces cuando el lector interesado puede echar en falta alguna pregunta
incisiva sobre un problema que lleva coleando 12 años (durante las 24 horas diarias de los mismos,
sin interrupción), y cuya solución ha sido aplazada y postergada por los
diferentes equipos directivos, de todos los niveles del organigrama jerárquico,
desde Málaga hasta Sevilla. Responsables en cada momento, unos marcharon y
otros llegaron. Éstos se irán y nuevos vendrán. Y de los que están, el máximo
responsable de un servicio sanitario tan importante como el de Cuidados
Críticos y Urgencias, el Dr. Quesada, generoso en la aportación de números,
también podría haber suministrado una valiosa información sobre las razones por
las que siguen apilándose -valga la expresión- los pacientes en dicho servicio
sanitario.
Para finalizar,
y como conclusión global, un asunto de suma importancia e interés social, sobre todo en Málaga
(aunque extrapolable a cualquier otra ciudad o comunidad), ha sido tratado
informativamente por La Opinión de Málaga de una forma popular,
sensacionalista, poco rigurosa en la nomenclatura, atendiendo a alguna fuente
de cuestionable neutralidad, dispersa y, sobre todo, incompleta. Y ya lo dice
la máxima periodística: “lo que no se cuenta, no existe”.
Webs citadas:
No hay comentarios:
Publicar un comentario