domingo, 26 de julio de 2020

Opinión: ¿Ha llegado la hora de la verdad?




Sí, hablo de Revolución
(Comentarios al debate político de dos nobles ciudadanos)

HÉCTOR MUÑOZ. MÁLAGA
Podría deciros aquello de que estamos todos en el mismo barco y tal, o lo otro sobre tirar juntos del mismo carro... Me gusta leer vuestras diferencias ideológicas, tan sanas, legítimas y necesarias para construir sociedad. Sin embargo, en mi opinión, el actual estado de cosas trasciende a la nobleza de vuestro debate.
Me explico: sin ánimo de ser apocalíptico, la muda observación de lo que acontece me da suficientes motivos para deciros que las catástrofes seminaturales, como la pandemia actual y otras, asociadas a los cambios climáticos, unidas a los fenómenos sociales derivados, como el estallido social que se avecina o las migraciones masivas incontenibles, van a desensamblar todo el andamiaje ideológico creado históricamente por unas élites minoritarias para su propio beneficio. Todo ello bajo el disfraz grandilocuente de manidos eufemismos como democracia, estado de derecho, del bienestar, etc.

Cuando una mayoría razonable sea capaz de entender esto y de actuar en consecuencia para despojar sin piedad a los causantes de las miserias, arrebatándoles en justicia todo lo que han robado y los privilegios obtenidos a costa del dolor ajeno, la situación comenzará a cambiar.
Mientras discutimos de asuntos que un día consideraremos marginales, estamos proporcionando, inocente, noble, pero irresponsablemente, la coartada perfecta de los miserables que se esconden entre bambalinas. Sí, hablo de Revolución. Sin vértigo de ninguna clase. No nos han dejado otra.
Y cuando llegue ese día, los codiciosos desearán haber sido justos. Pero para ellos también será tarde.

viernes, 24 de julio de 2020

Opinión: Situación Político-Sanitaria en un entorno pandémico




La Revolución podría haber comenzado

HÉCTOR MUÑOZ. MÁLAGA

«Bueno, pues el asunto de los recortes bellacos del SAS en Málaga ya ha llegado a los medios de cobertura nacional. En el vídeo de los informativos de Telecinco se puede ver al director Prieto, sonriente él, recitando disciplinadamente la consigna aquella de “la asistencia está garantizada”.
Se ve que el gerente nuevo está un tanto quemado ya de aparecer en la prensa (o está de vacaciones) y ha debido decirle: “Prieto, hoy sales tú, que se te ve menos que a la mujer del teniente Colombo”. Y ahí tenéis al hombre invisible, al fin».
Esto fue publicado en julio de 2016, un caótico verano desde el punto de vista sanitario. De hecho, fue la punta de lanza para sacar de San Telmo a los pésimos gestores del PSOE. El problema es que los andaluces prefirieron virar a la derecha, a la extrema derecha y a la ultraderecha.
El Vaso Canopo fue un elemento muy crítico con la administración sanitaria local, particularmente en el hospital Regional, y autonómica, como sabrán los que me hacen el honor de seguirlo.
Algún atravesadillo puede estar pensando que el Vaso Canopo calla para no molestar a los reaccionarios que hoy dirigen los destinos de Andalucía; algún iluso afín a estos creerá que el silencio se debe a una magnífica gestión del Sistema Sanitario Público de Andalucía.
Ni una, ni otra. Aparte asuntos personales, la cuestión es que el actual Gobierno PP-C’s, con el inestimable apoyo rottweileriano de la ultraderecha de Vox no lo está haciendo ni bien ni mejor que los otros, que ya es decir. En su mascarón de proa están las privatizaciones masivas. Estos no tienen complejos como sus antecesores.
¿Pero qué ha ocurrido? Al año de estar gobernando llegó la plaga. La pandemia les ha servido, y les sigue sirviendo, como un espeso manto que lo envuelve todo y torna borrosa la capacidad de observación. La anestesia psicológica proporciona a la población el miedo que muestra ante la peste y frena cualquier amago de estallido social. Por el momento.
Por tanto, semiocultos, sin fiscalización y con gran parte de la actividad sanitaria relegada por el Covid-19, los lacayos de Casado, los supervivientes de Rivera y los nostálgicos de Santiago Matamoros creen vivir en una luna de miel eterna. Andan errados, algunos herrados.
El hospital Regional de Málaga sigue con la misma escasez de camas y los pacientes atrancados en el área de urgencias. Como siempre. Un reciente mensaje enviado por un médico de guardia a sus compañeros dice textualmente: «Necesitamos camas… Observación llena y sin camas en el hospital… O eso nos dicen». Una llamada SOS en toda regla. Nada que no conozcamos los viejos del lugar, pero el emoticono horrorizado que acompaña al texto eriza la piel y no precisamente de gusto.



La atención primaria ya enseña la patita: la han dejado sin uno de sus principales atributos en la propia concepción del servicio: la accesibilidad. A este respecto es interesante el artículo en el diario Sur, escrito por Rafael González —médico y alto cargo de CC.OO. en el sector sanitario— sobre la “bunkerización” de los centros de salud.
Juan José Guerrero Castillo es un enfermero de atención primaria muy dedicado a labores de gestión, a juzgar por los numerosos trabajos que ha realizado en este sentido, y que yo he podido encontrar en la red. Este señor afirma categóricamente en un articulito del diario citado: «Las consultas telefónicas se van a quedar». Tal despliegue de certeza solo tiene dos caminos: o se ha tirado un moco o está más cerca de los jefes que de los indios, y sospecho que la opción buena es esta última.
Fuera de Andalucía, concretamente en Navarra, los médicos de urgencias denuncian que la no atención presencial en centros de salud hace que les lleguen los pacientes en peores situaciones clínicas. El Gobierno de Navarra cuenta con mayoría del PSOE; la consejera de Salud es de ese mismo partido, se tiñe el pelo en rojo y se apellida Induráin. Y hace lo mismo que los otros.
El virus nos ha jodido bien, los mercados se encargarán de la vaselina y los políticos andan prestos para el puntazo final. O corremos más que todos ellos o no nos va a quedar ni para sangrar.
La Revolución podría haber comenzado.