martes, 20 de agosto de 2024

Opinión: Médicos post-95 NO MIR


"Especialistos" y alegales

      HÉCTOR MUÑOZ*                                                                              MÁLAGA. Agosto 2024


El que ha visto desfilar ante sus narices a 2000 médicos residentes de todas las especialidades y los ha visto trabajar, tiene la suficiente autoridad para afirmar que un examen y después un título no son garantía de competencia profesional. Un asno puede ir cargado con muchos libros, sí; pero no deja de ser un asno.

La recién creada especialidad de médico de urgencias, mediante el Real Decreto 610/2024, de 2 de julio por el que se establece el título de Médico Especialista en Medicina de Urgencias y Emergencias (MUE), es el resultado de varias décadas de despropósitos políticos y administrativos. Y es posible que sea la causa del exterminio laboral y profesional de todo un colectivo de médicos, los llamados post-95 NO MIR.

1995 fue el año a partir del cual la única manera de ejercer la Medicina en España era a través del sistema MIR (Médicos Internos Residentes) con la obtención de un título de especialista, bien MfyC (Medicina Familiar y Comunitaria) o cualquier otra disciplina.

El gran pecado de los post-95 NO MIR fue no poder o no querer entrar por la vía MIR. Son aproximadamente 20.000 licenciados en Medicina en toda España, unos 1.000 en Málaga, que trabajan en urgencias y que en solo un año valdrán para hacer certificados para conductores. Alguno lleva 20 años trabajando en las urgencias hospitalarias del Sistema Andaluz de Salud (SAS), encadenando contratos temporales. Para otros, la ambulancia es su segundo hogar.

Los licenciados post-95 NO MIR nunca pudieron competir para obtener una plaza en el sistema público con los que tenían el título de médico de familia. Paradójicamente, muchos de ellos participan en la docencia de los MIR de MfyC. Ni el gran Maquiavelo hubiera sido capaz de urdir esta rocambolesca situación.

¿Cómo es posible que trabajen si no pueden ejercer desde 1995? Cuando no había médicos para cubrir las necesidades asistenciales básicas, los contrataban con carácter de excepcionalidad; una excepcionalidad que ya dura décadas. Con la nueva especialidad van a la calle.

Hasta que salga la primera hornada de especialistas MIR pasarán 5 años. Aún así, para cubrir la asistencia urgente en toda España sin los post-95 NO MIR hacen falta muchas promociones de residentes. Todo esto, suponiendo que los jóvenes que terminan la carrera y obtienen plaza a través del MIR quieran ir a urgencias para toda la vida. Que esa es otra.




¿Qué van a hacer? Seguramente, marear la perdiz en vez de acabar con el problema. Este colectivo viene asegurando una atención sanitaria básica desde hace años y eso debería ser aval suficiente para ser tan especialistas como los otros. Y que no se molesten los otros en un ataque de rancio corporativismo. Porque nada pierden. Si acaso, ganan.

Las sociedades “científicas” juegan un papel capital en todo este asunto. Amagando y medrando, como siempre. Son la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) y la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SemFYC).

El Vaso Canopo ya lo advertía hace años: «El corporativismo médico es un veneno de mil colores. Las sociedades “científicas” son uno de sus exponentes. Concebidas y estructuradas por y para determinadas élites profesionales, se mueven cerca de los poderes políticos y cohabitan con ellos. Tal y como están organizadas, estas sociedades son tóxicas como cualquier lobby. No solo son inservibles desde el punto de vista social, sino que tampoco son útiles ya para muchos de sus socios» (“Sociedades tóxicas”, 2017).

La SEMES se lava las manos al más puro estilo Pilatos y descarga toda la responsabilidad del problema en los gobiernos autonómicos y en el Gobierno de España. Uno de sus directivos afirma: «En todo este proceso nosotros hemos planteado la realidad de este colectivo, pero el Gobierno ha hecho lo que le ha dado la gana. De todas formas, estos médicos están en situación alegal desde hace mucho tiempo, trabajando para el SAS y otros servicios de salud autonómicos, que han contratado licenciados post-95 NO MIR de manera alegal. Yo estoy seguro de que el Gobierno meterá algún anexo, porque si no, los servicios de urgencias se van a quedar sin médicos».

Los médicos post-95 NO MIR se han organizado y han creado la Asociación Española de Médicos Generales (ASEMEG). Su responsable en Málaga trabaja desde hace 17 años en el servicio de urgencias del Hospital Regional Universitario de dicha ciudad (HRUM), el antiguo 'Carlos Haya'. Con 58 años, está mucho más cerca de la jubilación que de la facultad; a estas alturas teme una debacle laboral y profesional, y recuerda: «Los médicos post-95 NO MIR hemos ido siempre donde nadie quería ir».

Así ha sido para las contrataciones temporales desde hace años: cuando se agota la bolsa laboral vip la de los especialistos, recurren a la otra, la de los alegales. A pesar de todo ello, él y la asociación que representa, la ASEMEG, están convencidos de que la SEMES no ha dado la cara por ellos en las negociaciones para la nueva especialidad, dejándolos una vez más «con el culo al aire».

¿Cómo han reaccionado los sindicatos? La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) y el Sindicato Médico Andaluz (SMA) apoyan sin remilgos a los licenciados post-95 NO MIR para que accedan a la obtención del título de especialista en MUE por la vía extraordinaria. Los sindicatos de clase, UGT y CCOO, andan como siempre, mirándose el ombligo y esperando acontecimientos para decidir en qué lado del frente agitan sus viejas banderas. En cualquier caso, y salvo honrosas excepciones, los médicos nunca fueron sus clientes preferentes

Los colegios de médicos son el nexo común entre los distintos colectivos de médicos; el primer y más simple argumento es el de que todos pagan su cuota colegial cada dos meses. Los médicos post-95 NO MIR esperan que la Organización Médica Colegial presente batalla. Ya veremos. De momento, en Catalunya ya anuncian acciones judiciales

El Plan Andaluz de Urgencias y Emergencias (PAUE) debería ser un instrumento eficaz para ofrecer la mejor asistencia urgente en Andalucía. Desde enero de 2023 la directora del PAUE es Eva María Fragero Blesa. Sin los médicos post-95 NO MIR, no va a poder cubrir muchos de los dispositivos y servicios, incluido el servicio de urgencias que ella misma dirige en el HRU de Málaga.

Fragero Blesa ha manifestado off the record su incondicional respaldo a la causa post-95 NO MIR, y el tremendo malestar que la consume ante tan lacerante injusticia. Muy loable, sin duda, salvo en un pequeño detalle: la directora del PAUE no va a pronunciarse ni pública ni institucionalmente. Es como ir de safari armado con un paraguas. Sin valentía política, las buenas intenciones solamente son vagas expresiones propagandísticas.

El acceso a la nueva especialidad de urgencias es, para muchos, una puerta falsa, es decir, un coladero para obtener un título sin acreditar una serie de conocimientos y habilidades necesarias. Este planteamiento es, además de falaz, el reflejo de un estereotipo creado por el corporativismo, y el origen de prejuicios que condicionan conductas excluyentes. Detrás de muchos grandes títulos hay otros tantos profesionales mediocres.

Los médicos post-95 NO MIR tienen derecho a optar a la nueva especialidad en igualdad de condiciones con los demás colectivos. Los especialistos de turno no tienen nada que perder, los alegales dejarán de serlo, y la SEMES tendrá un motivo más para desaparecer de una vez por todas


*Héctor Muñoz ha sido médico general (1982-1988) en urgencias extrahospitalarias y Atención Primaria, MIR en el HRUM (1988-1990) y especialista en MfyC con categoría de médico de familia en servicios de cuidados críticos y urgencias (SCCU) desde 1991 a 2024. Actualmente jubilado.



lunes, 17 de junio de 2024

Jubilación

 

Como la ola en el rompiente

                                                                           HÉCTOR MUÑOZ

 

Hasta aquí hemos llegado. En dos días me jubilo.

Personalmente siempre he pensado que la jubilación no es motivo de fiesta. Lo es porque durante los diez años anteriores no han querido aprovechar la experiencia y nos han seguido machacando en las trincheras. Por otro lado, recientes desgracias familiares invitan aún menos a dicha celebración.

Una trayectoria profesional es como una ola, que nace un buen día, navega por mares y océanos y, finalmente, se deshace en el rebalaje exhibiendo un blanco manto de espuma.

Y como esa ola, hasta aquí ha llegado la mía, en paz conmigo mismo.

Muchas gracias a todos mis amigos y compañeros.