Sí, hablo de
Revolución
(Comentarios al debate político de dos nobles
ciudadanos)
HÉCTOR
MUÑOZ. MÁLAGA
Podría deciros aquello de que
estamos todos en el mismo barco y tal, o lo otro sobre tirar juntos del mismo
carro... Me gusta leer vuestras diferencias ideológicas, tan sanas, legítimas y
necesarias para construir sociedad. Sin embargo, en mi opinión, el actual
estado de cosas trasciende a la nobleza de vuestro debate.
Me explico: sin ánimo de ser
apocalíptico, la muda observación de lo que acontece me da suficientes motivos
para deciros que las catástrofes seminaturales, como la pandemia actual y
otras, asociadas a los cambios climáticos, unidas a los fenómenos sociales
derivados, como el estallido social que se avecina o las migraciones masivas
incontenibles, van a desensamblar todo el andamiaje ideológico creado históricamente
por unas élites minoritarias para su propio beneficio. Todo ello bajo el
disfraz grandilocuente de manidos eufemismos como democracia, estado de
derecho, del bienestar, etc.
Cuando una mayoría razonable
sea capaz de entender esto y de actuar en consecuencia para despojar sin piedad
a los causantes de las miserias, arrebatándoles en justicia todo lo que han
robado y los privilegios obtenidos a costa del dolor ajeno, la situación
comenzará a cambiar.
Mientras discutimos de asuntos
que un día consideraremos marginales, estamos proporcionando, inocente, noble,
pero irresponsablemente, la coartada perfecta de los miserables que se esconden
entre bambalinas. Sí, hablo de Revolución. Sin vértigo de ninguna clase. No nos
han dejado otra.
Y cuando llegue ese día,
los codiciosos desearán haber sido justos. Pero para ellos también será tarde.
Sera tarde para todos.¿Aguién quiere ver alterada su débil estabilidad, seguridad, acomodación o homeostasis? ¿Alguién dispuesto a perder privilegios o pequeñas prebendas?¿Alguién dispuesto a perder sus pequeños paraisos de hedonismo, más o menos con esfuerzo creado? ¿Su anhelada placidez o falsa seguridad? ¿Será suficiente una socialdemocracia, o los místicos, los tecnócratas, la izquierda o derecha, la banca, o la nueva corriente ideólogíca, política, mística o ecológica? Tal vez, nadie de esta se salva.
ResponderEliminarLo has clavado. Ese es el corazón del asunto. A riesgo de equivocarme, aunque no lo creo, tú y yo conocemos la respuesta a las cuatro primeras preguntas: "¡Pero qué me estás contando! ¡Déjame de tonterías! La revolución es para anarquistas y antisistemas de esos que lo queman todo. Además a mí ahora no me va mal, porque tengo un contrato de seis meses (a media jornada) y el alquiler no es de los más caros..." Y así sucesivamente, cada cual con su tema.
ResponderEliminarTina, esto no ocurre porque sí, no es un fenómeno azaroso: el sistema establecido se ha ido perfeccionando a lo largo de muchos años. Tienen recursos de sobra, técnicos y humanos, para obtener toda la información social que les interesa, prácticamente en tiempo real. Esto les permite planificar sus decisiones y modular su actividad. El aparato financiero y económico sabe de la eventualidad de un levantamiento masivo, así que para prevenirlo manipulan la realidad y las leyes (sus propias leyes) para que la inmensa mayoría tenga algo que perder: todo ese universo de pequeñas corruptelas diarias (IVA, tráfico de drogas a baja escala, inmigrantes sin papeles currando de tapadillo por cuatro perras, contratos laborales con cláusulas ocultas, etc.) es omitido deliberadamente para propiciar el espejismo de esa falsa seguridad de la que tú hablas tan acertadamente. Solo los excluidos full-time son capaces de tirarse al ruedo, los que no tienen nada-nada que perder. Pero, como intento explicar en el artículo, las plagas irán llegando, ya lo estamos viendo. Y cuando las capas sociales bajas y medias (dicho esquemáticamente) comiencen a sufrirlas, como los egipcios sufrieron, por ejemplo, la muerte de sus primogénitos, y un buen día se percaten de que ya no tienen más que perder, levantarán la cabeza para mirar al faraón y mostrarle la puerta de salida. Seremos tantos, y tan jodidos, que la oligarquía otorgará con bandera blanca. Puede parecer quimérico, puede que la lucha estéril ya me haya convertido, por agotamiento, en un viejo loco soñador. Solo el tiempo dictará sentencia. Una vez, más muchísimas gracias por tus comentarios. Un beso y un fuerte abrazo.
Resumen: ese día no llegará
ResponderEliminarDonde está Lidia?
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