Más talla y menos discursos
HÉCTOR
MUÑOZ. Málaga
Que
no, doña Susana, que no representa a los andaluces. Que de los casi 6,5 millones de
electores del pasado mes de marzo, a usted solo le votaron 1,4. Y sin las
matemáticas, doña Susana, tampoco los representa porque la mayoría no están afiliados a su partido, que es lo único que le importa políticamente, desde que
ingresó en él a los 17 años. Es devota del PSOE como otros lo son de cualquier
cofradía o de una hermandad rociera. Y si representa a su partido es porque
entre la mediocridad de sus líderes usted ha sabido maniobrar como buena
profesional del tejemaneje y ha tenido buenos padrinos, ahora venidos a menos.
Y lo sabe.
De
su discurso de fin de año, lo que menos sorprende ya es que use la televisión y
las instituciones públicas para su particular propaganda. Va de suyo. Tampoco
extraña la elección del barroco rectorado de la Universidad de Sevilla, porque
le pilla a tiro de piedra y porque debe conocerlo bien después de 10 años de
licenciatura. Entre tanto arte, tanta ilustración y tanta historia, usted
encajaba allí como un torero vestido de luces en la Filarmónica de Viena. ¿Cómo
puede usted decir que la elección del lugar de rodaje es una muestra de su
compromiso con las universidades públicas? ¿Compromiso de qué? Usted y su
demagogia insultan a la inteligencia de muchos andaluces y de muchos
universitarios.
Al
menos, la universidad es de las pocas —si no la única— instituciones públicas
que eligen democráticamente a sus dirigentes, los rectores; podrá debatirse el
reparto de cuotas, pero salen de las papeletas en las urnas. En la sanidad, la
enseñanza no universitaria y en otros servicios públicos (políticas sociales,
cultura, hacienda, justicia, empleo, etc.) no ocurre algo que se le parezca ni
de lejos. Por debajo de la cúspide más visible, en la que están usted y su Gobierno,
la Administración que preside se pierde de vista. Es un conjunto de encomiendas,
más allá de los océanos conocidos, regidas por encomenderos y encomenderas de
libre designación —maldita, sea mil veces maldita esta forma de gestionar el
bien general— que solo rinden cuentas a sus amos y señores en provecho de sus
propias carreras. Y el encomendado les importa lo que un sami lapón. Todo vale mientras se venda bien y no haya ruido
mediático. Por cierto, el hecho de que en otros lugares hagan lo mismo que
aquí, ni la justifica ni la exime.
¿Por
qué regla de tres no ha de ser elegido el gerente de un gran hospital por
trabajadores y pacientes? ¿O el director de un centro educativo? ¿O los
gerentes de tanta agencia y empresa pública? Porque son encomenderos que
reciben y dan tratos de favor. Y esto, en el mejor de los casos, se llama
opacidad; y en el peor, corrupción latente de bajo grado institucionalizada. Si
fuera capaz de acabar con esto, los servicios públicos esenciales cambiarían
radicalmente en manos de gente decente, y usted sería una política valiente e
independiente de los poderes fácticos y, sobre todo, de su secta partidaria. Y
entonces sí representaría a los gobernados.
¿Seguro
que no fue Comunicación Audiovisual lo que estudió durante 10 años? Tablas
tiene como para una boda: usted sabe mirar a cámara, fruncir el ceño para
transmitir determinación y honradez, hablar con aplomo disimulando el acento
trianero y sin un gesto que la delate. Porque hay que tener poco pudor y mucho
arrojo —obsérvese el prudente y oportuno eufemismo empleado en el giro— para
decir que Andalucía “ha tirado del carro de la creación de empleo” y “hemos
blindado los servicios públicos esenciales”.
Lo
del carro que se lo pregunten a los gaditanos, con una tasa de paro mayor del
40% en la región con más parados de España y de Europa. Y lo del blindaje… ¿En qué consiste exactamente
eso, doña Susana? Queda muy bien, contundente, sí, mas ¿se refiere a no
sustituir a los maestros enfermos? ¿O a agarrarse a mil subterfugios legales
para denegar o demorar las resoluciones de dependencia hasta que ya es tarde?
¿Acaso significa cerrar más de 250 camas públicas durante 19 días en la capital
de Málaga dentro del marco del ‘Plan Navidad año 2015’, ideado por sus
encomenderos, mientras se derivan pacientes a hospitales privados concertados?
Los
resultados de las últimas elecciones generales inquietan a doña Susana porque
estima que han abierto “un periodo de incertidumbre para nuestra estabilidad
como país y es lógico que todos estemos preocupados”. Hable por usted y deje
que los demás zozobren por lo que les de la gana. Lo suyo es pánico a que la
adelanten por los tres o cuatro carriles que deja expeditos a su izquierda,
porque en el fondo estaba más cómoda a solas con los reaccionarios de Madrid.
Algunos, para hablar de socialismo y de Pablo Iglesias deberían antes lavarse
los dientes y hacer gárgaras con vinagre.
A
doña Susana, el que la trae por la calle de la amargura es otro Pablo Iglesias
—caprichoso azar—, al que dedica en su discurso una frase lapidaria: “Gobernar
es más difícil que protestar”. Pues según como, señora Díaz. Desde luego, no
con arengas como la de “tenemos que combatir a aquellos que intentan dividir
España territorialmente”, que suena a campaña por la Presidencia del Gobierno
español y recuerda inevitablemente la intolerancia de los que dieron un golpe
de estado hace poco menos de 80 años. Le va mejor recurrir a la Transición o al
28 de febrero, cuando a usted aún le quedaban dientes de leche.
Intente
dar la talla como política y deje de dar la murga.
Hace mucho que no me puedo parar, hoy he vuelto a disfrutar de leerte, es siempre un placer Héctor.
ResponderEliminarBueno, espero que no haya sido por nada negativo. Me alegra y me honra que sigas ahí. Un abrazo.
EliminarNo se le puede decir mas suave ni mas claro! Lo malo Héctor es que a ella estas clarificadoras reflexiones, ni le llegan, ni le interesan y si las llegara a leer, le resbalan. Para los demás es un placer leerlas como tu las sabes expresar. Un fuerte abrazo. Nacho Perelló
ResponderEliminarEncantado con tu lectura y tu comentario, Nacho. Estoy de acuerdo: a esta le resbala todo lo que no sean sus ambiciones de partido. Pero sé que las lee, o al menos su gabinete de comunicación, en el que tienen a varios chavales y chavalas (conozco a uno de ellos) monitoreando diariamente y casi en tiempo real todo lo que se escribe y dice de ella en medios convencionales y en redes sociales, por un sueldo inframileurista, por cierto. Muchas gracias por tu presencia, tu lectura y tu comentario. Un abrazo.
EliminarGrandísimo, Héctor. Comparto, con tu permiso.
ResponderEliminarManu Delgado.
Muchas gracias por tu comentario y bienvenido, Manu. Agradezco tu participación y tu lectura. Un abrazo.
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