¡Exquisit!
HÉCTOR MUÑOZ. MÁLAGA
El post en Facebook
no tiene desperdicio y es digno de un análisis lo más desapasionado posible. Y
créanme que son mi intención y mi vocación las que me guían por la senda del
más profundo respeto a las diferentes ideologías y creencias.
La imagen que
preside la publicación, cuya fuente es la Fundación Nacional Francisco Franco,
es la del escudo preconstitucional —el que simbolizó la Dictadura militar franquista—
sobreimpreso al Decreto que lo legitimó, publicado en el Boletín Oficial del Estado del 3 de febrero de 1938, y por tanto en plena Guerra Civil española. La disposición
está firmada en Burgos por Francisco Franco y el entonces ministro de Interior,
Serrano Suñer.
Cuatro “me gusta”
apoyan el documento publicado: Victoria Páez Rodríguez, Lola Islam Islam, Antonio
Antonio España Valiente y Mónica González Pena, a los que no tengo el gusto —digámoslo
así— de conocer personalmente.
El hilo
discursivo esperado no podía ser otro que una encendida apología patriótica del
símbolo franquista y de la Guerra Civil durante la cual se decreta su validez y
posterior vigencia; una vigencia prolongada puesto que los firmantes de la disposición resultaron ser, a la postre,
claros vencedores de una sangrienta contienda que duró casi tres años tras el
levantamiento militar que la desencadenó.
Pero ¡oh
sorpresa! Nada más lejos de lo esperable, a tenor de los comentarios generados:
Mónica González Pena, que dice residir en Vigo, según su propio perfil público,
muestra su grata sorpresa por una foto de Felipe VI en un despacho del Corte Inglés,
empresa privada de todos conocida. El titular de la página, Felipe Delgado Prieto,
no termina de entender la sorpresa de Mónica, ya que para él «en cualquier país
civilizado sería lo más normal del mundo tener una foto del Jefe del Estado».
Corte Inglés incluido.
Mónica debe ser
rica y se viene arriba en el siguiente comentario: «Pero España es así ..., hay
un odio visceral a la gente rica por parte de los no ricos». Da la impresión de que hasta le cuesta escribir el
término pobre. A partir de ahí, se
descuelga con un relato sobre la Universidad de Santiago de Compostela a la que
compara con un nido de rojos resentidos, enfermos de odio hacia los que
profesan idearios diferentes, y con una cantera de feministas radicales que portan
azadas en sus manifestaciones.
Lo que no me
termina de quedar claro después de este dislate intelectual es si estos son los
mismos que quieren cerrar las heridas de la Guerra Civil aboliendo la Ley de
Memoria Histórica y olvidándose de las fosas comunes y las cunetas de esta su
España. Todo ello en aras a conseguir la reconciliación definitiva de aquellos
dos bandos enfrentados.
Y qué mejor manera de plasmar estos nobles
deseos, que recordando toda la simbología franquista y falangista, y las
insignes rúbricas del dictador y del filonazi —a la par que ligerillo de cascos—
Serrano Suñer, cuñado de Carmen Polo.
¡Exquisit!
Al leer a este tipo de gente, porque gente hay mucha, pero personas pocas, da la sensación de que están como locos por dar otro golpe de Estado. Si hasta Pablo Casado está organizando un gobierno en la recámara por si a los rojos les salpica su propia sangre. Lo que ignoran estos fachillas de primer grado es que son manipulados y ninguneados por sus propios camaradas. Pero ya se sabe, la felicidad no cuesta conseguirla si hay mucha ignorancia de por medio. Felicidades por tu articulo, Héctor.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Hay una campaña brutal de desinformación; podríamos decir que ese golpe de Estado está en marcha, con otras herramientas, otras estrategias, pero está en Marcha. Reitero mi agradecimiento por tus palabras. Saludos cordiales.
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