La última cantinela
HÉCTOR MUÑOZ.
MÁLAGA
El
próximo mes de diciembre cumpliré 34 años de ejercicio profesional y diez
trienios en el SAS. El pasado abril hizo 28 años desde el día que llegué al
Carlos Haya como residente. La del lunes fue mi última guardia, como supongo
que ya sabéis todos. Tras varios meses de pugna interior, finalmente me he
acogido a la exención de guardias por ser mayor de 55 años. Ello supone —al
menos en nuestro servicio— un hachazo
retributivo para los médicos de urgencias, que además nos vemos privados de
la compensación económica que supondría prolongar puntualmente la jornada
ordinaria con la continuidad asistencial. Pero la salud está antes, y la mía ha
llegado a verse amenazada.
"Imagen de un doctor desconsolado" Fuente: www.illustrationsource.com |
Bien
saben los que me conocen que ha sido una decisión forzada por el deterioro de las condiciones de trabajo
que llevamos padeciendo varios años y por la deriva de un hospital que finalmente
ha logrado lo que no pudo hacer en décadas anteriores: cagarse todos los días en el servicio de urgencias. Perdida esta
guerra, y antes que verme arrastrando el pijama verde por esos pasillos que un
día fueron gloriosos, la retirada era la opción más digna. La mayoría de
vosotros fuisteis residentes conmigo, antes de ser adjuntos, también conmigo. Espero
haberos aportado mi granito de arena y deseo que disculpéis los errores que
haya podido cometer, que no deben ser pocos. A los otros, a los que llegaron conmigo
y a los que estaban antes que yo, mi agradecimiento infinito porque de todos
aprendí.
Esta mañana acudí a
la reunión convocada por el jefe «para
hablar de la organización del servicio y muchos temas más». Hacía muchos
meses que no participaba en una de éstas, por estériles, conflictivas y
riesgosas para mi propia salud mental. Reuniones en las que no sé qué ha pesado
más en mi desánimo, si los gritos y las salidas de tono de algunos —entre los
que debo citarme— o el pétreo y helado silencio de muchos.
La de
hoy no ha sido diferente, si bien he podido percibir nítidamente que
el nivel de crispación y la densidad de los reproches —unos directos, otros sibilinamente
velados— han alcanzado cotas de mucha consideración. Sin entrar en mayores
detalles y con ánimo exclusivamente descriptivo, se ha debatido sobre la edad
de los diferentes miembros del equipo médico y su adecuación a las distintas
parcelas asistenciales. Ante tanta estrechez de posibilidades para contentar a
todos, los intereses de unos y otros han saltado de los asientos, como siempre.
La escena me ha recordado a aquella canción de El Último de la Fila: «Cuando la pobreza entra por la puerta, el
amor salta por la ventana».
«Llevo muchos años escuchando la misma
cantinela». Ésta ha sido la respuesta
de un compañero más joven a la queja de un veterano como yo, al manifestar mi absoluto
convencimiento de que él y los de su quinta sufrirán el mismo y triste destino
—si nadie lo remedia— cuando lleguen a los 57, a los 60 o a los 64 años de edad.
Oído cocina. Ésta será mi última cantinela.
Héctor, has hecho bien. Me alegra pensar que al menos alguna mañana nos veremos. Un abrazote
ResponderEliminarPor supuesto, José Carlos. Muchas gracias, un abrazo.
EliminarA todo esto, doy por hecho que el vaso canopo no parará. Los egipcios contaban en milenios ��
ResponderEliminarJajajaja. Seguro que no, aquí estaremos.
EliminarUna lástima el ambiente de crispación que describes... A pesar de las dificultades me consta que hacéis de tripas corazón para sacar adelante el trabajo con profesionalidad y entrega. Gracias por ese esfuerzo, del que fui testigo durante mis años de formación como residente. Ánimo y que disfrutes de esta nueva etapa.
ResponderEliminarMuchas gracias Nieves. Un saludo muy cordial.
EliminarUna pena que los pacientes pierdan un médico de conocimiento y duro trabajo. A mí me enaeñaste mucho.
ResponderEliminarGracias
Paco Miralles
Muchas gracias, Paco. Viniendo de ti supone un honor para mí. Un fuerte abrazo.
EliminarLos buenos se siguen marchando. Animo y mi reconocimiento por el trabajo que hacéis a pesar de todas las dificultades. Como dices, la salud está primero.
ResponderEliminarLa verdad es que me siento abrumadoramente halagado por vuestras palabras y vuestros comentarios. Gracias, Juan Ramón. Un abrazo.
EliminarHola Héctor. No nos conocemos pero compartimos empresa y visión del panorama. Abrazos y ánimos desde Sevilla.
ResponderEliminarGracias por tu lectura y el comentario. Un saludo muy cordial.
EliminarHola, compañero.En Atencion Primaria compartimos tu insatisfaccion.Desde Sevilla también te envío fuerzas y mucho ánimo
ResponderEliminarGracias por tu lectura y el comentario. Un saludo muy cordial.
EliminarHola Hector, tu entrada al blog es parecida a la mía, tus años de médico, solo unos pocos más que los míos. Mismo desasosiego, misma preocupación, temor por tu salud física y mental, compañeros que hacen ruido y otros que callan, reuniones estériles, conflictivas o riesgosas que dejas pasar.....etc, etc, etc Dejas tus guardias como yo. Mi problema es que las guardias es lo único que tenía y mi palo económico mayor pero van de la mano
ResponderEliminarEnhorabuena por la coherencia y la decisión. Conlleva valentía y enfrentarte al sistema, a los jefes y compañeros. Espero que tengas apoyo aunque este tipo de decisiones acaban dejándote muy solo. Pero ya sabes aquello de mas vale solo....
Un abrazo
Mónica Lalanda
https://medicoacuadros.wordpress.com/2016/08/03/querida-explotacion-laboral-te-dejo-no-cuentes-ya-conmigo/
Conozco tu blog, Mónica, te he leo frecuentemente. Esto es lo que hay. Gracias por tus palabras. Un fuerte abrazo.
EliminarTu salud es lo primero, no te quepa la menor duda. Y, por otra parte, lo mejor está siempre por venir. Así que reserva fuerzas.
ResponderEliminarGracias por tu lectura y el comentario. Un saludo muy cordial.
EliminarÁnimo Hector, ya va siendo hora de enfrentarse al mobbing estructural e institucionalizado contra los médicos, lo malo es que en urgencias el enemigo lo tenemos dntro.
ResponderEliminar.
ResponderEliminarGracias Juan, no sale nada, pero la intención era buena. Un abrazo.
EliminarGracias por tantos años de entrega y también por la lucha interna.... aunque no se consiguiera nada. Pienso que siempre fue importante manifestarte hablando, escribiendo. Ahora dormirás en tu cama 7 días a la semana (cero guardias) pero te aseguro que las extrañaras. Escucha a tantos colegas que te dicen "primero la salud" mi respeto y admiración a tu labor.
ResponderEliminarAsí es Julio. Gracias por tu lectura y tu comentario. Un abrazo y suerte.
ResponderEliminarMe acabo de enterar de casualidad de tu decisión, y sinceramente me alegro si así estás mejor y más tranquilo, pero creo que deberías de habernos preguntado a los que te apreciamos como médico y como compañero, y te aseguro que muchos no te hubiéramos dejado irte fácil. Mucho ánimo y aquí estamos para lo que haga falta. Ha sido un placer aprender y compartir contigo estos años.
ResponderEliminarGracias Víctor, un abrazo enorme.
Eliminarhola me llamo Juan Fco Reyes soy Enfermero de Salud Mental en Puerta Blanca. Estoy muy interesado en el vínculo entre sufrimiento en el trabajo y Salud Mental. Hoy es una epidemia en nuestros equipos de salud mental los trabajadores confrontados con problemas derivados de la organización en el trabajo que impactan en su salud mental. Te recomiendo las lecturas del profesor Christophe Dejours "Sufrimiento y Trabajo" "Desgaste Mental y Trabajo" "La banalización de la injusticia social", utiliza el método psicodinámico, parte del psicoanálisis y se centra sobre todo en la vivencia subjetiva del trabajador. Conceptos comos sufrimiento, reconocimiento, defensas colectivas e individuales de la profesión, identidad, son centrales en su modelo. También describe lineas de acción para cambiar esta soledad que se ha instalado en el mundo del trabajo que pasa por volver a anteponer la cooperación, lo colectivo en el trabajo él lo llama espacios deliberativos del colectivo. Hace una crítica muy fuerte a instrumentos de gestión como son a las evaluaciones indivuduales del desempeño y a la calidad total. Seguro que ahora que dispones de más tiempo te gustarán su lectura porque podrás hacer una crítica desde un marco teórico.
ResponderEliminarSaludos compañero
Gracias, Juan Francisco, parece muy interesante lo que comentas.
ResponderEliminarMi nombre es Antonio Pascual. Fui residente en, como dice Hector -la falta de tildes es debido a que uso un teclado en el SAS- en lo que una vez fue un glorioso hospital. Tuve la suerte de poder sufrir mis guardias de ugencias -donde, quien me lo iba a decir, paso muchas horas de mi vida porque me dedico a ellas- con un magnifico profesional y compañero como Hector Muñoz. Llego tarde a sentir "tu perdida" en las guardias -me entero por un reportaje que hacen en un digital- y solo manifestarte mi apoyo y aprecio aunque hayan pasado muchos años que no hemos coincido. Por cierto, y al margen de la medicina: creo que estas estudiando algo que tampoco tiene mucho porvenir. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra leerte, Antonio. Muchas gracias por tus palabras y por tu lectura. En cuanto a lo que comentas (supongo que te refieres a mis estudios de periodismo), efectivamente, es una profesión que se encuentra, laboralmente, en estado precario, salvo para las "estrellas" mediáticas, algunas de las cuales ni siquiera tiene el título. Lo bueno de mi situación es que estudio Periodismo porque me encanta y porque me evade. De entrada, asumo que no me dará de comer; espero que la pensión cubra mis necesidades cuando llegue la hora de jubilarme. No obstante, ahí estamos, escribiendo, que es lo que me gusta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.