Alérgicos a la
vergüenza
HÉCTOR MUÑOZ. MÁLAGA
Lo peor de
los trileros es que creen que todos los demás son imbéciles. En plena crisis
sanitaria malagueña, con hospitales colapsados, urgencias superadas,
masificación y demoras, la nueva estrella propagandística del SAS es una aplicación
para teléfonos móviles. Gracias a este adelanto, los pacientes encamados pueden
saber si la comida del hospital les producirá una reacción alérgica. No mire la
fecha de hoy: no es el día de los Santos Inocentes.
FUENTE: EUROPA PRESS |
Don Paciente tiene 79 años. Ha dejado por unos días su
pueblo natal para encamarse. Atrás quedaron los gorriones, el susurro del
arroyo y las partidas de dominó. Anda el hombre preocupado por los resultados
de las pruebas que los médicos le están haciendo a causa de un odioso y
pertinaz dolor de cabeza.
Hoy, después de peregrinar varios meses de consulta en
consulta más los dos días en urgencias esperando cama, Don Paciente tiene ante sí
la bandeja con el menú que le ofrece el hospital. Apetitoso, lo que se dice
apetitoso, no se le antoja. Pero lleva sorpresa: una tarjetita con el extraño
dibujo de algo que se parece a un jeroglífico y que es conocido como código QR.
Le explican que su teléfono móvil puede captar la imagen y lo llevará a una página web en la que podrá saber si la comida le dará alergia.
Bandeja con el menú de los hospitales públicos malagueños FUENTE: malagahoy.es |
Superados unos segundos de estupefacción, don Paciente,
pragmático y hambriento, decide comérselo todo antes de que se enfríe más de lo
que ya está. Cuestión de prioridades. Además, ni tiene teléfono móvil ni lo necesita ni le interesa lo
más mínimo el tal QR.
Código QR |
Y no es que pretenda ser maleducado o desagradecido con el
lumbreras de la Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición que ha
ideado el invento; ni con la Dirección del hospital que —mediante nota de
prensa— anuncia un logro más de la sanidad andaluza. No es eso, es que no le
gusta la sopa fría.
Web de la Unidad de Gestión Clínica de Endocrinología y Nutrición del hospital Carlos Haya de Málaga FUENTE: hospitalregionaldemalaga.es |
Las horas de espera son interminables en un hospital. El
periódico de papel —el de toda la vida— es su gran compañero. Tras dar buena
cuenta del rancho, y con un descafeinado calentito, don Paciente retoma su
lectura. “Carlos Haya habilita una planta de medicina interna en el Materno-Infantil ante la saturación de pacientes”. “Muere el hombre que sufrió un ictus mientras esperaba cinco horas en el hospital de Antequera”.
Mientras lee tales titulares, le viene a la cabeza aquella
tercera sala de observación de urgencias en la que estuvo hasta que le dieron
cama en la planta. Una moderna instalación, terminada hace dos años, que por
fin han tenido que abrir —improvisada y apresuradamente— para poder hacer
frente a la avalancha invernal.
Sala de observación-3 del hospital Carlos Haya de Málaga H.M. |
Don Paciente no es usuario digital pero es un tipo listo. Se
pregunta cuál es la importancia del código QR en las comidas del Carlos Haya,
con la que está cayendo. El buen hombre sospecha que los que gestionan el
servicio público que durante tantos años ha pagado quieren distraer su
atención. Y que no van a consumir el mismo menú que él.
Sospecha que son alérgicos, sí. Pero a la vergüenza.
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